miércoles, 4 de marzo de 2009

LA MUJER ES PURO CUENTO (Taller)


Hace pocos días llegó a mis manos y a mis ojos, un libro que portaba ese título: la mujer es puro cuento. En ese libro se recopilan historias y cuentos sobre mujeres o, si quiero hacer una aproximación más cierta, sobre lo femenino. Más allá de las lindezas que el libro le aportó a mis noches de lectura, y a mi alma siempre ávida de historias, me prestó una frase para sintetizar en pocas palabras lo que ha sido mi trabajo en estos tantos años de atender el alma femenina. Las mujeres vienen a mi consulta, a contar cuentos.No quiero decir con esto que los hombres no lo hagan, pero hoy me gustaría hablar solamente de las mujeres.Mucha gente se pregunta, ¿qué se hace en un análisis? ¿en qué consiste un taller de y para mujeres?Ante todo podría decir, que cuando alguien se acerca a un espacio así, está acosada por una pregunta. Esa pregunta puede ser muy clara: ¿por qué terminó mi matrimonio? ¿cuándo fue que dejé de trabajar con pasión? ¿por qué me quedo en un lugar que no me gusta? ¿por qué por más que me prometo cada semana abandonar tal o cual hábito, nunca lo logro? ¿por qué me dejo maltratar? ¿por qué maltrato a los demás? ¿por qué estoy siempre cansada? ¿cuándo fué que perdí mi energía sexual?Pero muchas veces, quizá las más, la pregunta no es tan clara, y se expresa con un malestar difuso que dice que “algo se pudre en Dinamarca”, pero no sabemos muy bien qué es.Esta pregunta, habitualmente, es la que comienza el cuento. El cuento particular y propio de cada una, irrepetible, individual. El cuento que cada mujer tiene que comenzar a contar-se y contar-nos. Ese cuento que recién al finalizar la tarea obtendrá un título, y será el primero de muchos cuentos que las mujeres debemos ir hilvanando en la vida, como si fuesen collares de flores.En el corazón del cuento, anida el más supremo de todos los misterios, el misterio de la Vida, del Amor y de la Muerte. Un misterio que exige ser develado, hurgado, dicho, vivido, contado. Un misterio que lleva al desgarro y a la entrega, y que culmina con una vida vibrante y apasionada.Quizá no es feliz la palabra: culmina, ya que este misterio no es algo estático, objetal, detenido. Es un proceso que lleva toda la vida.Los cuentos son procesos, en definitiva todos sabemos que cuando decimos: y colorín colorado este cuento se ha terminado, no decimos más que se ha cerrado un capítulo, y que este cierre permite la apertura de otro o muchos otros.¿Qué herramientas usamos para contarnos el cuento? Todas aquellas que poseen nuestras almas: sueños, fantasías, recuerdos, escenas, ilusiones, proyectos, ideales, nuestra propia historia, y la historia de quienes nos precedieron. Nos zambullimos en este granero inacabable, y como Psique, comenzamos a discrimar semilla por semilla, las agrupamos por color, por forma, por tamaño. Aprendemos para esto a usar los ojos del alma, que todo lo ven, y los oídos del corazón. Abandonamos los claros mapas de ruta del yo, y nos habituamos a usar la intuición para seguir los tenues hilos que el espíritu va tejiendo. Hacemos acopio de todo nuestro coraje, y muchas veces nos lanzamos a un abismo con el corazón encendido y las manos atadas, con la confianza de sabernos Hijas de una Madre poderosa y sabia, que en susurros nos marca el camino.Recorremos un camino extensísimo, al que vamos fertilizando con nuestras lágrimas, nuestras risas desmesuradas, nuestro vientre alborotado, y muchas veces con nuestros gritos de desesperación.Y así, poco a poco, y paso a paso, volvemos a la Vida, aceptando todas las Muertes que tengan que venir, y con ellas, a la pequeña muerte que nos está esperando siempre, desde el mismo momento en que dimos por primera vez la gran bocanada de aire que nos convirtió en mujeres y humanas.Sobre todos los animales, nos habita una excepción: aprendemos de la experiencia ajena. Porque en definitiva sabemos que la experiencia de los otros, no nos es tan ajena. Que en un punto, todas estamos unidas en un tejido sutil, en un gran cuento que se está contando desde el principio de los tiempos. Ese es el porqué de los grupos, de los talleres. Nos escuchamos, pero más importante aún, escuchamos a otras. Y permitimos que ese sonido nos resuene en el alma y lo hacemos propio a través del gran misterio de la compasión.Soy una hechicera de estos tiempos que corren. Ninguna universidad me ha otorgado ese título. Lo he ido logrando a fuerza de dolor y de coraje. He bailado con mi Hermana Oscura sobre el fuego, e incluso he soportado su ponzoña, pero sin llegar a ser invulnerable. He seguido los pasos de mi Amante, y lo he mirado a los ojos de sus tantas caras: la de hermano, la de padre, la de esposo, la terrible, la de Hacedor. Sigo a mi Madre con los pies desnudos y el corazón atento, y me esfuerzo por cumplir con los trabajos que me exige.Escucho e intento comprender a todas mis Niñas: la manca, la pequeña bruja, la princesita de papá, la rival de mamá, la ingenua, la loca, la vivaz, la de los juegos eternos.Pero por sobre todas las cosas, estoy atravesada por todos los cuentos que como pequeños brillantes dejan caer las mujeres que me hacen el honor de regalármelos al oído día tras día, semana tras semana, y que con ellos me amplían la posibilidad de seguir preguntándome, con la ilusión de realizar la enorme, feroz tarea que tenemos y hemos tenido siempre las mujeres por delante, la de respondernos algún día la gran pregunta, aquella que dice: ¿Quién soy?


Lic. Nora Galliano

Psicoanalista de orientación Junguiana


GRUPO VIVENCIAL Y DE REFLEXIÓN


“Dentro de toda mujer, incluso de la más reprimida, alienta una vida secreta, una fuerza poderosa llena de buenos instintos, creatividad apasionada, y sabiduría eterna. Es la Mujer Salvaje, una especie en peligro de extinción que representa la esencia instintiva femenina. Aunque los regalos de la naturaleza le pertenecen por nacimiento, los constantes esfuerzos de la sociedad por “civilizar” a las mujeres y constreñirlas a unos roles rígidos las han dejado sordas a los dones que alberga su interior.Unirse a la naturaleza instintiva no significa deshacerse, cambiarlo todo. No significa perder las relaciones propias de una vida en sociedad o convertirse en un ser menos humano...Significa establecer un territorio, encontrar la propia manada, estar en el cuerpo con certeza y orgullo, cualesquiera que sean los dones y las limitaciones físicas.”


C.P.E


Un taller es un lugar para poner el cuerpo, la mente, el alma y el corazón. Un espacio para compartir con pares y diferentes. Un tiempo para la emoción honda, la risa espontánea y la reflexión profunda. Para hablar de uno, y mirarse en el espejo de los otros. Para darse cuenta, que sea lo que fuere que a uno le pase, no está solo; y sobre todo, que en cualquier lugar donde uno se encuentre, siempre se puede estar mejor. Que mucho se puede curar y casi todo, aliviar.En este taller nos propondremos realizar la búsqueda mítica que realiza toda mujer para sanar la profunda herida de la naturaleza femenina, una herida producida tanto a nivel personal como cultural o espiritual. Es un viaje a la vez psicológico y espiritual que tiene por meta integrar todas las partes de nuestra naturaleza.El taller está diseñado para guiar a sus asistentes a través de las diferentes etapas de su búsqueda. Se explorarán cada etapa del camino y se examinarán mitos y leyendas que arrojan luz sobre las diferentes experiencias vitales.La modalidad del taller es teórico-vivencial, de trabajo grupal y proceso personal.Trabajamos con explicaciones teóricas, prácticas de relajación, interiorización, autoconocimiento, imaginación activa, reflexiones grupales, cuentos, discusiones abiertas, etc.Es importante aclarar que cada uno se mueve a su ritmo, y nadie se va a ver obligado a compartir lo que no quiere. El respeto y la libertad, son dos reglas básicas sin las cuales esta modalidad de trabajo, no sería posible.


La admisión de los participantes, es bajo entrevista previa.


Para más información, ponerse en contacto con:Lic. Nora Galliano : TE: 011-15-4989-2655

No hay comentarios:

Publicar un comentario